sábado, 3 de julio de 2010
La pelota no se mancha
Después de partidos como el de ayer, siempre tengo la sensación que fuimos muy blandos en Nuremberg. Como saltaba la jodida Merkel, como si no tuviera suficiente pollo con lo del diferencial ese famoso de los bonos de la deuda alemana. Pero no, ella a pasarnos por el morro el lamentable suceso de ayer, Diego, que ha sido sólo eso, un lamentable suceso. Además, tú, Maradona, a tu estilo. Si se gana, se gana y si se pierde, se pierde. Por cuatro y mariconadas, las justas. Ahora toca escuchar y leer a los cientos de listillos expertos en predecir el pasado con lo de ya lo decíamos nosotros que Argentina no tenía equipo, que estaba mal construído, que dependía demasiado de Messi, que Dios no sirve para el banquillo. Antes de ayer, Argentina era la revelación, la que más goles había metido, ganadora nata pero ayer tocaba que la bandada del buitrerio saliera de sus nidos a contarnos lo que ya vimos. Esto del periodismo cada día lo estamos haciendo un poco más absurdo, un poco más indigno y las hostias te lloverán ahora como panes, Diego, con los de la cantinela del ya lo dijimos... Que les den a los que hoy te ponen a parir pero que tenían escritas las alabanzas si no hubiera entrado ese jodido gol alemán en el minuto tres, gol alemán por antonomasia, feo, malo, a destiempo, con rebote y con suerte, pero gol. Todo muy alemán. Si no hubiera entrado y la Pulga, o Higuain o Tévez hubieran acertado en la primera, otro gallo nos cantaría y los listillos hablarían de la Albiceleste mágica, la maquina que acorta los espacios o el 10 que volvió a hacer soñar al pueblo. Así va este negocio, cada día más sucio. Pero como llorar cuando se pierde el Sol sólo logra que nuestras lágrimas no nos dejen ver las estrellas, ahora sólo espero que La Roja mande a casa a los de los goles feos y la Merkel se pueda dedicar de una vez a solucionar lo del puto bono ese. Y a ti, Diego, gracias por todo, una vez más. Gracias por ilusionarnos y hacernos soñar. Ya lo dijiste claro una vez en La Bombonera: “Yo me equivoqué y pagué. Que me critiquen a mí si quieren, pero que no se metan con el fútbol. La pelota no se mancha”. Amén.
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