sábado, 24 de junio de 2006

Prensa de investigación

Como los que nos dedicamos a esto de perpetrar periódicos somos unos fenómenos, y nunca mentimos, a partir de ahora les informaremos regularmente de la ola de calor que nos invade, básicamente porque ha llegado el verano. Dentro de un tiempo les informaremos, con el rigor que nos caracteriza, de las gélidas temperaturas. Esto será, más o menos, cuando llegue el invierno. Sé que es duro reconocerlo, pero de alguna manera hay que dar de comer a los churumbeles, pagar las birras o a la DGT. Todavía me acuerdo de un verano bastante escasito de noticias en donde a algún lumbreras se le ocurrió dar con titulares grandes que perros peligrosos mordían a personas. Nos tiramos todo el verano acojonados en los parques en cuanto veíamos a un chucho, aunque todo Dios sabe que los perros muerden a los hombres desde que Jesucristo clavó la cruz. Peor fue lo de la CNN, que montó la invasión de Kuwait un 2 de agosto, que salvó a la profesión de todo el planeta. Es lo que tiene esta bendita profesión: te crees que te van a mandar a Faluya a cubrir la entrada de los yuesei a sangre y fuego y acabas preguntando con cara de bobo a uno de Ataun que si ha nevado mucho y él te contesta que a ver si no tienes ojos. Peor lo tienen esos foteros que aspiran a conseguir la foto de su vida con un picado en contraluz en donde el ciclista en nebulosa se hace un todo con el Cosmos, aunque incomprensiblemente nunca se sabe quién es el ciclista, y acaban pagando las facturas haciendo arretratos al plato combinado número 7, que es exactamente igual que el número 6, pero con pimientos rojos. C'est la vie.

Publicada en Noticias de Gipuzkoa el 24 de junio de 2006

sábado, 17 de junio de 2006

Fútbol, pasión y porras

En la Argentina del 78, cuando los militares arrojaban a la peña al mar, 80.000 almas abarrotaban la cancha del Monumental para ver la final. El espectáculo era impresionante, mágico, único. Como sólo se vive en esos países pisoteados, gaseados, que tumban una y otra vez pero vuelven a volar, porque grande no es el que no cae sino el que sabe levantarse. En el palco, los criminales lucían sus miserables medallas con la cínica sonrisa de los mediocres. En el vestuario, un grupo de greñudos que respondían a nombre tales como Fillol, Ardiles, Tarantini, Pasarella, Reuteman o Kempes escuchaban la charla del flaco Menotti: "Vos debéis salir ahí a jugar para el pueblo, vos sois el pueblo, vos no jugáis para los milicos. Salid al pasto para y por los vuestros". Se comieron a la naranja mecánica y mientras los ogros regresaban a sus madrigueras en solitario, el pueblo festejó. Bajos instintos dicen los profetas del dogma. Socialización, diría yo. No hace falta entender del deporte de la coz. Basta con disfrutar de la situación, del paripé, del teatro. Como Jone, que hasta la fecha nos está levantado la porra masiva de la redacción, aunque desconozca completamente que el portero no la puede coger con la mano en una cesión so pena de falta. Se la trae al pairo. Va primera. Lo contrario que Ane, que cubre la retaguardia y sigue confiando ciegamente en Japón. Un tipo del Goierri grita "Alá es grande" cuando mete un chicharro Arabia Saudí como si le fuera la vida mientras el informático, esa especie predecesora del homo sapiens, hace las cuentas, ergo ganará. Pos eso, que para cuatro días que vivimos y tres nublados, hay que intentar disfrutar.