sábado, 23 de abril de 2011

El placer de la lectura

Estar en Cataluña el día de San Jordi siempre es un placer, un continuo homenaje a uno de los placeres más inmensos que nos puede regalar la vida; la lectura. Desde el pueblo más pequeño a la inmensidad de las Ramblas o el Paseo de Gracia en Barcelona, toda Cataluña se transforma en un libro continuo, acompañado de una rosa. Es complicado encontrar un doble regalo con más sentido y sentimiento que la rosa y el libro. Y en los tiempos que corren, aún más, porque tendremos que volver a los valores más fantásticos, a esos sueños inalcanzables con los que nos recreamos al leer las fabulosas historias que nos cuentan los libros. La necesidad humana de recrear universos paralelos, de soñar, de reír, de llorar, de sufrir, de amar, de creer, de pelear, de celebrar… nos remonta al inicio de los tiempos. No sabemos si cambiarán los soportes, si nos meterán en vena obras infumables por mor de la publicidad o si le darán categoría de literatura a libelos nacidos al albur de absurdas popularidades, pero nada de todo eso nos impedirá contemplar a las nuevas generaciones absortas ante una historia que les hará temblar. 33 años después de haberlo leído, sigo manteniendo viva en mi interior la imagen de fortaleza y sufrimiento de Miguel Strogoff cuando le pasan el hierro incandescente ante sus ojos y no pronuncia palabra alguna para no traicionar a su madre. Sólo una historia fantástica acompañada por la libre imaginación del lector nos puede dar como resultado la actividad más repetida de la historia de la humanidad; la sensacional aventura de la lectura.

Publicado en Noticias de Gipuzkoa el 24 de abril de 2011

jueves, 14 de abril de 2011

iRepública

Otro 14 de abril y The Borbon Family lo celebrará por todo lo alto. Porque estoy convencido de que el abuelito de Froilán es de los que lo celebran. Motivos ya tiene... y de sobra. Es el jefe de Estado del país menos monárquico del mundo pero, por causas que se desconocen, ahí sigue él y toda su tropa, amplia y prolífica donde las haya, de sarao en sarao y cobrando todos los primeros de enero de unos Presupuestos cada día más raquíticos, salvo con ellos. De ese dinero no sabemos nada, porque está prohibido saber qué hacen los Borbón, de los Borbón de toda la vida, con el dinero que les damos. Amén de esa pasta que reciben, todo lo que hacen les sale gratis, que esa es otra. Osea, que diría Pocholo, tú les das dinero para que se administren -unos ocho millones anuales permitiría administrarse tirando a bien a cualquiera-, pero todos los gastos que tienen durante el año se los volvemos a astillar porque ellos no pagan en ningún sitio, que se sepa. ¿Y qué hacen con el dinero que les damos? No se sabe, no se puede contestar, conviene no preguntar, que una cosa es que esto sea una democracia y otra que sea de verdad, como sentenció el Tribunal Europeo de Derechos Humanos que aseguraba que "la protección que el Código Penal tiene sobre la figura del jefe del Estado no es conforme al Convenio Europeo de Derechos Humanos". Lo que no es conforme al Convenio Mundial del Sentido Común es que sigan existiendo a nuestra costa reyes, reinas, príncipes y princesas. Pero en los tiempos que corren parece que a todo Dios le da todo igual. Tendremos que inventar la iRepública para poner un poco de orden entre tanto sindios.

Publicado el 14 de abril de 2011 en Noticias de Gipuzkoa