miércoles, 19 de enero de 2011

Las gentes del tren

SIEMPRE me ha fascinado la pasión de las gentes del tren con todo lo que suena a ferrocarril. Es como un veneno inyectado en lo más profundo de las venas y da gusto oírles hablar de tal o cuál máquina, del tal o cuál trayecto. Los ferroviarios están hechos de una pasta especial. Gentes poco dadas al chafardeo y, mucho menos, a los tejemanejes infumables de la política de salón. Por eso no me ha extrañado nada el aluvión de críticas por la destitución de Juanjo Olaizola como director del Museo Vasco del Ferrocarril de Azpeitia. No tengo el gusto de conocerle ni siquiera, como suele ocurrir con lo que tenemos más cerca, conozco el museo ni los aclamados viajes al barrio de Lasao en esos viejos cacharros. Pero iré, porque me gusta todo lo que tenga que ver con el tren, con las gentes que los manejan, los que los cuidan y los que se dejan la piel por enseñarnos sus historias. Y sobre todo, de forma testimonial, para dejar claro a los políticos que con los trenes no se juega. Que dejen al tren en paz de sus vendettas, miserias y ansias de grandeza. Los que están ahora se tiraron 30 años –con razón– poniendo a parir las colocaciones de los de antes. En año y medio, no es que le hayan dado la vuelta a la tortilla, es que le han dado vuelta y vuelta para que la tortilla quede exactamente en la misma posición que fue blanco de sus críticas durante tres décadas. Lo más triste de todo es que las nuevas hornadas de socialistas parecen desconocer su historia básica, que el socialismo siempre llegaba a los pueblos en tren. Que se dejen de paridas y dejen que los apasionados sigan apasionando a los demás.

Publicado en Noticias de Gipuzkoa el 20 de enero de 2011

martes, 4 de enero de 2011

Cultiva tu tabaco

Los fumadores tenemos una gran responsabilidad sobre nuestros pulmones. Estamos llamados a sacar al país de la crisis y, además, pasando frío. Cuando oigo a algunos de los cínicos de la dictadura de lo políticamente correcto hablar del coste que tienen los fumadores para la sanidad tengo que meterme un par de trujas entre pecho espalda para no explotar. Lo dicen siempre con la boca pequeña, claro, no vaya a ser que alguno le saque la calculadora de Barrio Sésamo y le reste 10.000 millones en impuestos menos 5.000 millones de coste en Sanidad, salen 5.000 para tí, boquerón. Amén de que los fumadores somos un auténtico chollo para el Estado. Por razones obvias, palmamos antes y se evitan miles de mesualidades de jubilación. No es que por nada en especial, simplemente el tabaco mata y no hace falta que nos lo pongáis en las cajetillas de a cuatro euros de las que os lleváis tres limpitos de polvo y paja para poder pagaros los Audis del señor ministro o consejero, que por lo visto emiten heno de pravia por el tubo de escape. Como dice el grupo del feisvuk, ¿sabías que el tabaco mata?, no, pensaba que era rico en calcio, gilipollas. Y mientras los fumadores tratamos de dejar de fumar, que es lo que deberíamos hacer todos por nuestro bien y el de los que tienen que soportar nuestros humos y adicción, recomiendo másivamente al personal fumador que en el entretanto inunde sus macetas, huertas y campos con el autocultivo de tabaco para que el club de los cínicos no vea un puto euro. Si nos tratan como a nuevos leprosos, al menos rompamos la baraja por el único sitio que les duele, la pasta.

Publicado en Noticias de Gipuzkoa el 5 de enero de 2011