viernes, 30 de mayo de 2008

Crisis, what crisis?

Ya lo decía Supertramp en el año 75, cuando el mundo trataba de salir de aquella movida petrolera del 73 de la que se salió como se sale de todas. Con los ricos un poco más ricos, los de abajo un poco más jodidos y los del subsuelo, definitivamente enterrados. En esta ocasión, pasará exactamente lo mismo, y es que si hay algo repetitivo hasta el aburrimiento es la economía y sus gestores. En esta ocasión, además, parece que se suman más factores, amén de los dictadores del petróleo (ése que iba a bajar hasta que saliera gratis una vez que hubiéramos destrozado Irak), como son los piltrafillas financieros que juegan con tu dinero y la movida de los biocombustibles que va a acabar por matar de hambre a la mitad de África. Lo que sorprende, por su crudeza, es que se hable de especuladores del petróleo, de especuladores financieros y otras malas hierbas pero todos siguen en libertad, y no condicional precisamente. Algo más les valdría a los de los vuelos de la CIA destino Guantánamo empezar por toda esta especie planetaria. Pero claro, me temo que tendrían que empezar a autodetenerse, autotorturarse, autosentenciarse y autoencarcelarse, y eso no es que no vaya a suceder, es que está prohibido. Aquí seguiremos comiendo caliente aunque algunos las pasen más putas que otros. En otros sitios, ni caliente ni frío. Simplemente, cascarán. No entrará nadie en la cárcel, nuevos piratas se forrarán hurgando en la miseria como buitres carroñeros y tomará más cuerpo aún la máxima del genio de Anónimo expresada en una pintada en el metro madrileño: Cría capitalistas y te comerás sus crisis.

domingo, 25 de mayo de 2008

Rouco y el sexo

No le entiendo, Arzobispo emérito, y mire que lo intento, pero, a pesar de ser los dos hijos de Dios, vivimos en estratosferas irreconciliables. Ha vuelto usted a atacar, una vez más, por la banda por la cual la Iglesia católica lleva perdiendo 2.000 años e insisten, como el Alcoyano. Cualquier aficionado al fútbol sabe que si el rival ha puesto el autobús en el área no se puede entrar por el centro. Ha vuelto con la sempiterna canción del sexo, esta vez para atacar a los homosexuales asegurando que se rebelan contra los límites biológicos (sic) y van contra la realidad (más sic). Desconozco los límites biológicos de los homosexuales porque soy de los que creen ciegamente que las curvas femeninas son el invento más importante en la historia de la humanidad, seguido de cerca por la penicilina, la rueda y el fenómeno al que se le ocurrió descubrir la cerveza. Lo de ir contra la realidad salido de su boca suena a cachondeo. No sé, monseñor, conozco a algunos y le puedo asegurar que no sólo son gente normal sino que además alguno/a son creyentes y ni mil sermones de los suyos les harán cambiar su fe. No sé, emérito, me gusta leer y, entre todas esas lecturas, los Evangelios son una joya. No he leído nada en ellos sobre directrices de moral sexual aunque sí dignificar la profesión de las prostitutas. Monseñor, hágame caso, el sexo (consentido, obviamente) es cojonudo y recomendable en todas sus vertientes. Es más, si se practicase más, habría menos conflictos, menos guerras, produciríamos más y saldríamos de la jodida crisis. En serio, Arzobispo, 6.000 millones de personas no se pueden equivocar a la vez.

sábado, 24 de mayo de 2008

Lección en el Himalaya

A la misma hora que 27 gerifaltes clasificaban entre buenos y malos a los seres humanos en función de dónde habían nacido, el rumano Horia se desvivía a 7.400 metros de altura derritiendo nieve para que el navarro Iñaki, inerte y sin habla, pudiera beberla y salir del jodido trance. Dos suizos que no se jugaban nada en la película trataban de subir a zancadas al maldito campo 4, donde agonizaba Iñaki. Sólo llego Ueli, que relevó a un Horia que empezaba a tener síntomas de edema pulmonar, por lo que tuvo que bajar. Horas antes, el nepalí Nima, amigo de Iñaki, sacó de la cama en Katmandu al kazajo Denis, implorándole su ayuda y ofreciéndole todo el dinero del mundo. El kazajo le mandó a tomar por saco cuando oyó lo del dinero (cobra un salario de 50 dólares mensuales en su país), alquiló un helicóptero y, junto al canadiense Don, se lanzó al Annapurna. El kazajo, un fuera de serie, era quien antes podía llegar con oxígeno. Se quedó a tres horas porque, al final, el corazón de Iñaki reventó. Detrás del kazajo venían 14 montañeros en una impresionante cordada solidaria. En Pamplona, un grupo de amigos sacrificaban días y noches a cambio de volver a verle. A quienes tuvimos la suerte de conocer a Iñaki, sólo nos queda rendir pleitesía a esta gente. Son las situaciones en donde uno se empequeñece hasta el ridículo al ver semejante grandeza moral. Si alguno de esos 27 gerifaltes entendiera algo de esto, otro gallo nos cantaría. A Pilar e Iñaki, sus padres, lo de siempre, que además es verdad. Su cuerpo será cubierto por la belleza. Agur, Iñaki. Ha sido un placer.

jueves, 8 de mayo de 2008

La huída de los piratas

Zaplana y Acebes, los Zipi y Zape populares, nos dejan. Y como en cualquier pareja de cómic, siempre hay uno que es un poco más listillo que el otro, aunque hambre, hambre, lo que se dice hambre, no creo yo que pase ninguno de los dos pese a la "catastrófica situación económica que estamos sufriendo por culpa de los socialistas", como decían los pajaritos en cuestión, sobre todo el menos blanco de los dos, ese que sólo con el aspecto que luce cualquier agente anticorrupción que se le cruzara lo tenía que detener "por presunto". A ese, al menos bajo de los dos, le ha fichado un compañía de esas de las que no te puedes dar de baja nunca para poder pagarle al sujeto lo que le van a pagar. Sin ningún reparo, la compañía privada para unos pocos que estaban en lo público, reconocen que lo fichan por sus contactos con otras gentes de la honradez y los negocios claros y cristalinos, tipo Berlusconi, un demócrata, que diría Aznar. La putrefacción de la alta clase política, nada que ver con los miles de concejales que con sueldos míseros trabajan por sus pueblos, adquiere tintes dantescos. Los sociatas no les andan a la zaga y un asesor de ZP se va de baranda al lobby de los ladrilleros. Así empezó González. Menos mal que en medio de tanto podredumbre, nos queda el impecable trabajo de Interviú, siempre al quite, enseñándonos el pecado mortal que anidaba en la familia de Rouco Varela, el de por Dios, por España y por la puta cara. Por eso, no entiendo cómo les ha condenado por lo de las fotos de la Pataky. Un país en donde la Justicia condena a los trabajadores por hacer su trabajo ha perdido el rumbo.

sábado, 3 de mayo de 2008

Aquel mayo de París

Hoy hace 40 años que jóvenes universitarios, hijos de la burguesía como los calificó el partido comunista francés, empezaron a montar el pollo en la Sorbona. De Gaulle mandó a los maderos, se lío parda y París disfrutó de un festivalete de un mes que acabó como suelen acabar todas las revoluciones donde se come caliente tres veces al día: con gran triunfo de la derecha, vuelta al orden y hasta luego, Lucas. Pero cuando el escenario son los claustros de Nanterre y La Sorbona o los Boulevares de Sant Germain y Sant Michel y los actores jóvenes apuestos de indómita rebeldía, nace la leyenda. Que creo que no es más que pura leyenda cinematográfica y romántica si nos atenemos a los resultados. Y discrepo de los que dicen que no sirvió para nada. Le sirvió al status quo del momento para aprender como lidiar con esos brotes y convertir a los del Prohibido Prohibir en futuros censores tecnológicos, a los del Seamos realistas, pidamos lo imposible en apologetas del Seamos más realistas aún, ya hemos vendido todo el pescado... y a buen precio. Por eso me fascina oír a tanto protagonista (debía haber unos 50 millones en el barrio latino aquellos días; yo no estuve. Tenía meses y mi única revolución consistía en encontrar la teta de mi madre). Y por eso me encanta escuchar a uno de los supervivientes en todos los sentidos de aquel documental en blanco y negro como es Paco Ibáñez, que cuando le preguntan por la generación de los hijos del Mayo del 68, suele bautizar con sorna y amargura a sus ex compañeros de barricada como los hijos de puta del Mayo del 68 en París. Que les sea leve la chapa que se les avecina.