jueves, 17 de junio de 2010

No les entres al trapo que te tienden, Diego

Hace 24 años, Huh Jung Moo le taló la pierna a Maradona en el Argentina-Corea del Sur de Mexico 86. Aquello era para dos rojas juntas pero al peligroso Huh, que es lo que gritó todo el estadio tras contemplar aquella patada voladora, lo dejaron en la cancha sólo con amarilla.Ayer se volvieron a juntar, esta vez en los banquillos, y volvió a ganar El Altísimo. Al acabar el partido, el peligroso Huh aseguró que le habían molestado más los gritos de Maradona en la bancada que las vuvucelas. Lo siento, Kung Fu, pero creo que te molestaaron más esos cinco minutos iniciales de Di Maria, Tevez y la pulguita atómica. Que manera de jugar, viejos. Esto marcha viento en popa. El tio Diego sigue manteniendo intacta la corbata y la albiceleste empieza a ser un máquina de matar. Higuain hizo tres pero es que las pelotas que le colocó Messi eran para flipar. Muchas patadas voladoras van a hacer falta para que paren a ese armada atacante que ha montado Maradona, amante del fútbol con mayúsculas y poco dado a la especulación. Hasta los coreanos se metieron un gol a los 17 segundos temiendo lo que finalmente sucedió. Y, como es más que previsible, los rendidos elogios a la albiceleste llegaran acompañados de dardos envenenados a su entrenador, a aquel que un buen día decidió no tener que pasar por determinados aros y así se mantiene, así arda Troya. No voy a defender las salidas de pata de banco de Dios, pero siempre defenderé su derecho, y su deber, a defender por encima de todo su dignidad, pisoteada por él, como él mismo no ha tenido ningún problema en reconocer, pero sobre todo por la habitual manada de buitres que revoletan alrededor. Estuviste grande, como siempre Diego, respondiendo a esos dos osos cavernícolas de las instituciones futbolísticas como Pelé y Platini, eternos vendedores de bondades mientras llenan sus macutos al calor del tinglado del fútbol. Pero no les entres a los trapos que te van a ir tendiendo, Diego, que no es tu estilo ni el de tu club. Céntrate en dar de comer a Messi, Di Maria, Tevez, Higuain, Palermo y compañía para recuperarlos para la próxima batalla y disfruta viendo al pueblo festejar. Aunque te cueste, no hables y sonrie con los festejos. Y que les den.

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