jueves, 17 de junio de 2010

Enhorabuena, Bengoa

Lo peor del insano escepticismo es que llegue el momento que no te afecte lo injusto. Reconozco que peco más de lo que debiera de insano escepticismo pero me alegro que me sigan alterando los nervios determinadas cuestiones. Y entre todas, sin duda, el negocio de la salud. Ahí soy talibán sin ningún propósito de enmienda. Por eso, sólo puedo aplaudir y compartir la valiente medida del consejero de Sanidad del Gobierno Vasco, Rafael Bengoa, de reducir el gasto farmacéutico al exigir a los médicos que receten genéricos y que cuando no lo hagan expliquen por qué no lo han hecho. Y digo valiente porque por algún trabajo anterior conozco la descomunal fuerza que mueven los lobbys vinculados al mundo farmacéutico. Tan descomunal como indignante. Y ya de paso animo a la ciudadanía a exigir a sus médicos de cabecera (ya sé que cuesta, pero hay que hacerlo) que si lo que necesitamos es paracetamol con que nos receten paracetamol nos basta y nos sobra, y no la marquita de marras que paga patente, margen comercial, envasado de colores y el copón de la baraja para que nos cueste el doble, a nosotros y a la administración, sin que deje de ser jodido paracetamol. Te van a atacar por todos los lados, consejero, pero tienes motivos para estar satisfecho. Y si quieres más ideas, no descartes la liberalización de las farmacias, que ésa es otra. Mi padre tenía una tienda de bolsos y no consiguió convencer a ninguna autoridad para que prohibieran por ley que ninguno más que él pudiera vender bolsos en un kilómetro a la redonda. Algunos siguen en el privilegio medieval.

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