martes, 16 de marzo de 2010

Los miserables

Y no me estoy refiriendo a la novela que escribió Victor Hugo mirando a Pasajes de San Pedro, según aseguran todo serios los de San Juan. No. Me refiero a todas las derechas existentes que se abalanzan como buitres leonados en busca del cadáver de Zapatero, criticando todas las medidas económicas que propone, aunque ellos las hubieran superado con creces si tuvieran mando en plaza, como han demostrado cuando han gobernado y gobiernan en comunidades, provincias, territorios, municipios, poblados y aldeas. Zapatero no ha sido ni es santo de mi devoción, pero escuchar criticar lo de la jubilación a quien sabes que te tendría pringando hasta los 70 resulta, cuando menos, curioso. Son como el boxeador cutre que cuando el rival ya está noqueado sigue tratando de darle golpes frente a ese otro señorial que deja elegantemente que busque grogui la esquina. Ahora resulta que ellos ya sabían que iba a pasar, aunque no lo dijeron, y, por supuesto, saben cuáles son las recetas para salir, las suyas. Pero que actúen así los políticos de todas las derechas que tenemos es hasta lógico, forma parte del tinglado diario y nadie de sus votantes les va a pedir cuentas. Lo que no tiene ni medio pase es que los empresarios de verdad, que los hay y muy buenos, den pábulo a los propietarios camuflados como empresarios y sean incapaces de poner coto a tanto mediocre económico de cuello blanco. Que la presidencia del empresariado español la ostente el tal Díaz Ferrán es un insulto, no para los trabajadores, sino para los empresarios de verdad. Que lo echen.

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