lunes, 4 de enero de 2010
Mi sobrino es transversal
Mientras tirios y troyanos utilizan a Olentzero y a los Reyes (los Magos, los de verdad) para seguir alimentado su particular brasa monotemática de sobra conocida por todos y, de paso, confirmarnos que nos van a seguir aborreciendo varias décadas más con sus dogmáticas visiones del mundo y de las cosas, los unos y los otros o los otros y los unos como se quiera mirar, resulta que a mí me ha salido un sobrino absoluta, total y radicalmente transversal. Pese a ser un renacuajo que no levanta palmo y medio del suelo, a sus cuatro años se desenvuelve como pez en el agua recibiendo dádivas de Olentzero, Papá Noel o los Magos de Oriente con una soltura que acojona para su edad. Y no sólo eso. Tiene identificados a los miembros de la familia que representan a cada cual, con lo que saber hacer el paripé con total profesionalidad. No tiene ningún problema identitario el monstruito, ni ningún indicio de que lo vaya a tener en los próximos años. Es un internacionalista de nuevo cuño. A éste, lo nombran director de la ETB y te retrasmite 40 Olentzeros en directo y a la vez, otras tantas cabalgatas de igual forma, conecta on live con Chicago para la llegada de Santa Claus y el día 28 se inventa que los Santos Inocentes también tienen que regalar algo, fundamentalmente a él, que de sobra es conocida la generosidad de las criaturas para con ellos mismos. Y qué quieren que les diga, que entre la eterna chapa de los de siempre con lo de siempre y el morro de mi sobrino poniendo jeta de no haber roto un plato en su puta vida, me quedo con el enano sin pestañear.
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