jueves, 9 de junio de 2011

Bildu

Poca legitimidad para hablar de gobiernos serios pueden tener quienes presentan como candidato a alcalde de Donostia a alguien que ni siquiera ha sido elegido por los ciudadanos o quien recoge su credencial de juntero y habla de pactos de futuro mientras sabe que ya ha sido colocado pertinentemente y a buen recaudo en esa enorme finca ubicada en Lakua. Podrá gustar más o menos lo que propugna o deja de propugnar Bildu, pero ha llegado la hora de la política con mayúsculas, también para Bildu, que si quiere gobernar tendrá que abandonar el facilón recurso del quebiensevivecontratodo y meterse de lleno en el barro, en el fango de la gestión, ese que conlleva que te puedan poner a parir en la calle por las adjudicaciones de unas viviendas de protección oficial y no por el consabido monotema que nos ha secuestrado a todos en los últimos 30 años. Elecciones, partidos, votos, propuestas, palabras y la pesadilla de los capucheros cada día más alejada. ¿No era eso lo que llevamos treinta años reclamando? Pero aquí da la sensación de que el vacío de la inactividad de ETA está cogiendo a más de uno con el paso cambiado. Es lo que tiene haber estado más de treinta años sin política de verdad, sobreviviendo con cartas marcadas hasta la náusea a lo que nos obligaban los que un buen día decidieron echarse al monte para salvar a la patria y acabaron jodiendo el monte y la patria. Que gobierne Bildu donde tenga que gobernar, sin miedos, sin complejos, sin juicios previos. La única pena desde el día 22 de mayo es que ETA ha dejado pasar 18 días magníficos para anunciar el cierre por derribo del chiringuito.

Publicado en Noticias de Gipuzkoa el 9 de junio de 2011

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