sábado, 15 de diciembre de 2007

Vicio, vicio, vicio

Me han alegrado la semana los maños. 32 casinos, 70 hoteles, 550 restaurantes, tropecientos museos, plazatoros-casaputas-campofumbo y un frontón. Así, todo de seguido, en un auténtico erial como son los Monegros, que como gran atracción turística cuando vas por la autopista te ponen un arco encima en donde te indican que por ahí pasa el meridiano de Greenwich, como si hubiera a algún ser humano que le importe algo por dónde pasa el meridiano ese. Es más, ¿qué es un meridiano? Turismo de Aragón no ha conseguido contabilizar a un solo turista que haya ido a ver el lugar en cuestión. Pero, amigo, cuando de vicio se habla, calculan que van a caer 25 millones de sujetos al año. Poco calculan, me parece a mí, que cuando hablamos del solaz esparcimiento, las cifras se disparan. Los lugares, desde que el mundo es mundo, adquieren cierta categoría por el vicio y por el crimen. ¿O cree algún iluso que Chicago es Chicago por su festival de cine o de jazz? Pues no, Chicago es Chicago por lo que todos sabemos. Vicio y casquería. Siempre he defendido la economía del vicio, próspera donde las haya. A mi tío cura, que en paz descanse, siempre le aconsejaba que tiraran la catedral de Pamplona, que es básicamente fea, la desacralizaran para evitar movidas con Benedicto, recalificaran y se erigiese allí cual ave fenix, en lo alto de la ciudad, un inmenso local de señoritas que fuman de cinco plantas, uno por continente (lo tenía todo pensado). Con unos luminosos que se vieran desde las variantes y casino en planta baja con croupieres negros. Otro pelo nos luciría. Aúpa maños.

No hay comentarios:

Publicar un comentario