viernes, 21 de diciembre de 2007

¡ Toma, Moreno!

No es que me alegre del mal ajeno, ni mucho menos que me acuse algún juez de la Audiencia Nacional de hacer apología del delito, pero no me ha sorprendido que a José Luis Moreno, que afortunadamente está bien, le hayan sacudido con un hacha (con la parte roma dicen los teletipos, que son muy fisnos: es decir, con el mango). Lo que me ha sorprendido un poquito más es que le hayan pegado para robarle en su megachalet de la sierra madrileña y no haya sido algún cuerdo ciudadano por los bodrios que ha perpetrado este hombre a lo largo de su vida artística. Bueno, esperemos que se recupere pronto el de los muñecos pero lo de la equitativa distribución de la riqueza es lo que tiene, José Luis. Por el terruño, ya hemos comenzado con el desbarre anual de la época navideña en la que caemos todos; tirios y troyanos, católicos y agnósticos, de derechas e izquierdas sin solución de enmienda a pesar de que todos somos capaces de razonar maravillosamente sobre lo absurdo del gasto y las celebraciones durante los otros 350 días del año. Pero misterios del ser humano, llegan las fechas en cuestión y todos a morir al palo, servidor el primero, que se resiste como gato panza arriba para comprar nada a mi sobrino con la locura del pressing catch. Para sumarse al festival, Olentzero de Markel a los empresarios a pesar de la opinión de los representantes de la voluntad popular. Alegría, que lo importante son las dádivas propias del momento. Menos mal que hoy toca desayunar txistorra, que es lo que tiene la pertenencia a un pueblo bárbaro.

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