Hay cosas en esta vida que es mejor no tocar porque lo que está medio bien si le metes mano lo acabas jodiendo, como es el caso. Me pasa con la roja directa a Plutón lo mismo que me pasó hace años cuando sacaron la Nocilla de dos sabores y colores. Que me indigno, jodé. ¿Tan complicado es dejar las cosas como Dios manda? La Nocilla es de un color y un sabor y Plutón es un planeta, pequeño pero planeta, y punto pelotilla. Además, ¿quiénes son un grupo de científicos raros (es el único gremio del mundo que monta un congreso en agosto) para mandar al limbo a Plutón sin consultar al populacho? Además, la asanblada de listillos ha decidido que a partir de ahora entra en la categoría de planeta enano. Encima faltando. Otra cosa es la resolución definitiva de la conjetura de Poincaré por la cual toda esfera tridimensional es la única variedad compacta tridimensional en la que todo lazo o círculo cerrado se puede deformar en un punto, como todos sabemos muy bien desde niños. Poincaré ha pasado por culpa de Perelman (que tiene aspecto de asesino en serie, terrorista checheno o ambas cosas a la vez) de tener una conjetura a poseer un simple y vulgar teorema. Se siente Poincaré, pero más putada es lo de Plutón. Venga Perel, pásate el año que viene por la reunión de enteraús, revócales los argumentos y vuelve a meter a Plutón de donde nunca debió salir. Y de paso, si no te importa, llama a los de Nocilla para que dejen de hacer el mangarrán. Un tipo capaz de resolver eso, si se lo propone, tiene que ser capaz hasta de dejar de fumar.
Publicado en Noticias de Gipuzkoa el 26 de agosto de 2006
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