Como intuyo que acabaremos la jornada sumidos en las mismas dosis de miseria con la que la iniciamos, como periodista me gustaría que, al menos, pase algo original en el sorteo. Llevamos décadas con el mismo sonsonete mañanero y las mismas imágenes de mediodía. 300 tipos en un bar de Plasencia vociferando mientras se abalanzan sobre la cámara. Además, lo curioso que suele ocurrir en Plasencia es que allí sale hasta el apuntador. Al que le ha tocado un pellizco para tapar agujeros, sus siete primos a los que no les ha tocado nada pero como daban de picar gratis se han pasado por allí y, lo más alucinante, al empleado 76 de la conservera que fue de guay y no compró nada pero que hay que celebrar “la suerte de los 75 compañeros”. Hace falta dos huevos bien puestos para ser el único de la empresa al que no te ha tocado nada y encima hacerte publicidad en la tele. Otra cosa son los de Oñati, que hace pocos años les tocó alguna serie del Gordo y todavía están los del Mossad tratando de identificar a los acertantes. Y después lo de qué repartido estaba el Gordo con la falta que hacía, con lo que ha bajado el empleo por la zona. No sé, sería divertido poner hoy el parte a las tres y que salga el presentador y suelte algo así como: “Este año el Gordo ha recaído en un único acertante, concretamente en un consejero del Banco de Santander que fue a la administración número 7 de Madrid y se llevó las 195 series del 17869. El afortunado, en un burofax remitido a los medios, ha anunciado que ya ha invertido lo ganado en pergeñar hipotecas hiperbasura que serán las que provocarán la crisis de 2020”.
Publicado en Noticias de Gipuzkoa el 22-12-2010
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