jueves, 19 de agosto de 2010
El vallisoletano resentido
La verdad es que no estoy muy puesto con lo que pasa en Melilla, más bien nada puesto y hace tiempo que el médico me recomendó ir dejando lo de la prensa, así que tampoco he leído mucho al respecto. Además, pase lo que esté pasando en Melilla, siempre he considerado que Melilla, como Ceuta, es Marruecos, lo mismo que Gibraltar es Andalucía. Una pura deducción cartográfica, de planos y mapas, por encima de conquistas medievales de fornidos militares. Pero no me resisto a comentar la llegada a la ciudad, cual Cid campeador, del líder cósmico de Valladolid, del austero castellano, de ese protohombre de Estado que responde a José María Aznar. Este hombre, desde marzo de 2004, sigue exactamente en el mismo proceso que los niños cuando les salen los dientes. El problema es que a los niños se les pasa pero a este no. Sigue sin asumir que ZP le ganó y está convencido (el problema es que está completamente convencido) que hubo una conspiración cuasi mundial para que no dejara la presidencia española bajo palio y pasar a ser un estadista mundial ampliamente reconocido y aplaudido. Al final, lo único que ha conseguido es ser el palanganero de un grupo de medios de comunicación de derecha extrema y poco más. Ayer, el líder cósmico de Valladolid se fue a Melilla a demostrar que ni fue, ni es, ni será nunca jamás un hombre de Estado. Que sólo fue un pequeño y altivo oportunista endiosado, afortunadamente caído. Cuando tenía mando en plaza ponía de bastante mala hostia. Ahora da risa.
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