jueves, 27 de mayo de 2010
Es mentira, no lo generan
Mientras los funcionarios cobrarán dentro de un par de días la última nómina de la era en donde los salarios subían, ayer se ponía la primera piedra de ese despropósito inacabable que es el dinero que se mueve en torno al fútbol de elite. 160 millones de euros para que jueguen once multimillonarios, todo ello con la inestimable cooperación de los estamentos públicos que congelarán las pensiones, recortarán las ayudas a la dependencia y disminuirán la ayuda a la cooperación. Y no es demagogia barata porque niego la mayor. Ni los clubes de fútbol profesional ni sus futbolistas generan, ni de lejos, el dinero en el que se mueven. Todas las administraciones públicas, todas, colaboran bien sea pagando el campo, recalificando terrenos irrecalificables, pagando por ponerle el nombre al estadio, dando ayudas para que el equipo promocione no se sabe qué, haciéndose los longuis con los pagos a la Seguridad Social, olvidándose de cobrar el IVA, impuestos, tasas municipales o cualquiera de los mil caminos elegidos hasta la fecha para perpetuar el desbarre. El problema es que ni políticos ni periodistas tenemos los arrestos para poner los puntos sobre las íes con el equipo de los amores de electores, lectores, oyentes y espectadores. Tal vez haya que contratar a algún depredador yankee para que se meta en las finanzas de todos los clubes y administraciones a la vez y acabe de una vez por todas con la tropelía. Porque si se quita un cero por la derecha a lo que cobran los futbolistas de elite, ellos seguirían siendo millonarios y reduciríamos el déficit público. De forma unilateral y sin negociaciones, como a los jubilados.
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