miércoles, 16 de noviembre de 2011

¿Para qué?

Lo que está ocurriendo en Grecia e Italia es de una enorme gravedad. Y no me refiero a la gravedad de la situación económica –no creo que por aquí andemos muy lejos de la misma situación por mucho arma de engaño masivo que nos endiñen– sino al hecho de que los organismos financieros internacioanles hayan decidido, de forma indirecta y sin intermediarios, la composición de dos gobiernos, hasta ahora presuntamente democráticos. Berlusconi podía ser lo que se quiera, pero salía elegido de las urnas. Papandreu también podía ser lo que fuese pero tambien resulto elegido y cuándo osó preguntar a sus ciudadanos si estaban dispuestos a renunciar al Estado de bienestar para mantener en paz la dictadura de los mercados, fueron a por él, y le dieron voleta. Papademos y Monti son dos enviados del Banco Central Europeo. Es lo que hay. La democracia, asesinada en la plaza pública, sin el menor atisbo de protesta popular, harta de la oligarquía que se habían montado los políticos. Aquí, se vota el domingo. ¿Para qué? Nadie lo sabe. Uno se pregunta si tal y como está el panorama, la primita de riesgo de los co..., los cinco millones de parados que solo son la avanzadilla y una banca en manos de piltrafillas incapaces no sería más lógico que las suspendieran. No se, básicamente por la cara de gilipollas que se nos puede quedar dentro de seis meses cuando doña Angela diga al Borbón que nombre a Rato baranda de la cosa para poder crucificar como es debido el Estado de bienestar. ¿Ciencia-ficción? Eso pensaban hace seis meses griegos e italianos.

Publicado en Noticias de Gipuzkoa el 17 de noviembre de 2011

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