jueves, 4 de junio de 2009
¿Qué nos jugamos el domingo? Depende de tu equipo
La gripe porcina, esa enfermedad que según una compañera padecemos todos los hombres por el mero hecho de haber nacido varones, sigue avanzando de forma inexorable ante la apatía y la indiferencia de parroquianos de tabernas y colmados, que sólo tienen palabras y arduos debates para el acontecimiento del siglo; las elecciones europeas del próximo domingo. El simple hecho de que uno de cada tres ciudadanos con derecho a voto acuda a las urnas, debería ser declarado milagrito de la Humanidad, toda vez que sus excelsas señorías se embolsan un módico sueldo de más 7.000 euros (al mes, no vaya a pensar un seiscientoseurista que cobran como él/ella), dietas, viajes, gastos y vicios, que suelen ser abundantes aparte, con lo que el día que sepamos lo que se mete al bolso una euroseñoría vamos a flipar en colorines. El mismo nivel de flipe que sufriremos el día que sepamos, además, que hacen por allá. A pesar de que ya llevan varias décadas y hay acreditados cientos de plumillas y derivados, nadie a ciencia cierta conoce lo que hacen ni, como la gripe porcina que no se puede llamar porcina, que rumbo tomarán en los próximos años aunque, vistos los que van, nos lo podemos imaginar. Y, añado, tengo un trauma. Los de los porros, una de mis opciones más serias de voto para comicios como estos y que en las pasadas anduvieron a un tris de llevar a un eurofumaú a la Cámara de Estrasburgo, esta vez no se presentan. Lo de siempre. Se les pasó el plazo para presentar los papeles que, presumiblemente, previamente se habrían fumado. Así que el panorama es bastante desolador y en este Estado estatal que padecemos, todo es como tirando a bastante aburrido, como bastante previsible, como bastante atado. Los del status quo del PP-PSOE-CIU-PNV se llevaran el 95% de los escaños, con sus correspondientes sueldos, aunque 20 millones de tipos y tipas no colaboren en la farsa. Bastante atado, no. Totalmente atado.
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