sábado, 15 de marzo de 2008

La ola era la de Odón

Después del tsunami de votos socialistas del pasado domingo en Euskadi (los del Partido dicen que han tocado fondo; eso decían los de IU hace cuatro años), tengo una teoría muy elaborada para lo del temporal. A saber; Odón entró en éxtasis tras conseguir 37.000 votos en Donosti (le tuvo que votar hasta la Usandizaga) y decidió hacer una prueba inicial de esa famosa ola artificial que quiere montar en La Zurriola. Y lo hizo como suelen hacer estas cosas los políticos, con nocturnidad. Y se le fue la mano y pollo montado pero al menos nos han sacado en todos los telediarios, que lo importante es salir. Es que a mí lo de la ola en el mar me impresiona. No sé, hacer algo así en Guadalajara, que no tiene costa, se puede llegar a entender. Como los de Lepe, que se tiran todo el invierno fabricando nieve. Pero, ¿para qué coño queremos crear una ola artificial en el mar, que ya tiene las suyas? Me lo explican pero no lo entiendo. Debo ser bastante primitivo, pero no lo pillo. A las que no pillo de ninguna de las maneras es a las alcaldesas de ANV que han hablado esta semana sobre el asesinato de un obrero arrasatearra. La de Hernani, aquella del sentido aplauso para los que no dieron opción a conseguir los papeles a otros dos obreros ecuatorianos, se refirió a la atrocidad como el suceso de Arrasate. La del pueblo afectado le llamó grave acontecimiento. Más que grave, el acontecimiento que sucedió en Arrasate fue mortal, alcaldesa, mortal. Y porque está muy manido por Bush, porque si lo hubiera popularizado alguna guerrilla congoleña, escucharíamos de las mismas bocas el raca-raca de los daños colaterales.

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