La última de la jerarquía eclesiástica -perdón, política- ha sido la reforma exprés del sagrado texto constitucional. Pero solo ha sido la última. La penúltima de los mandamases del statu quo fue una cacicada en toda regla perpetrada en silencio por los cuatro partidos que han tenido la sartén por el mango en los últimos treinta años. A saber; PP, PSOE, CiU y PNV. Y no fue otra que aprobar una nueva barrera legal para que no se puedan presentar un montón de pequeños partidos que, aunque pequeños y minoritarios, tienen todo el derecho del mundo a hacerlo. Ahora -por primera vez en la historia y temerosos los barandas de la jerarquía política de que los pezqueñines puedan crecer más- se han inventado que los partidos sin representación parlamentaria tienen que presentar avales por el 0,1% del censo electoral por cada circunscripción. Esto, traducido a Gipuzkoa, sería que esas formaciones tengan que presentar más de 500 firmas para concurrir a las elecciones. Aquí, además, se da la paradoja de que también lo tendrá que hacer la primera fuerza del territorio. Cosas de la democracia selectiva. Para combatir esta nueva muestra de desprecio a la democracia, el Partido Pirata de Catalunya ha ideado una web -www.yoavalo.org- para recoger los avales de la gente que cree en la libre participación electoral. Avalar no significa ni compartir ni votar al partido al que avalas, significa combatir la arrogancia de los grandes. Yo ya he avalado, a un partido al que no pienso votar, pero que tiene tanto derecho a presentarse como el PP, el PSOE, el PNV o CiU. O incluso más.
Publicado en Noticias de Gipuzkoa el 1 de septiembre de 2011
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